Los más grandes proyectos espirituales se edifican sobre la base de satisfacer los apetitos primarios. La frase puede ser mal entendida. Voy a intentar una nueva formulación. No se puede escribir un poema sin haber comido, bebido y dormido previamente. También es necesario ir al baño de vez en cuando. Cuando era un niño pensaba que las bailarinas clásicas no hacían pis. Era inconcebible que un ser tan refinado hiciera algo tan despreciable. Las bailarinas no eran mujeres sino emanaciones divinas o angélicas. Lo mismo puede decirse del sexo. El hombre que se limita a endiosar demasiado a una dama hará que ella, en algún momento, sienta que con la abstinencia le están faltando el respeto. Creo que el sentido inicial del texto se está perdiendo. Retomo la idea. Alguna vez el alma debe suplantar la condición etérea por el acto. La trampa viene después. Porque el acto sin alma tampoco es realizable. No plenamente al menos.
L.
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