Lleva tu cuerpo adonde está tu mente. Eso dice el eslogan de una cadena de hoteles españoles. Invita así a conocer las playas de Cuba. Me pareció una idea feliz. Dado que uno sueña con algo faltaría llevar el cuerpo hacia ese algo y terminaría la división entre cuerpo y alma. Pasaríamos a ser una unidad total. Cuando pensé el tema por segunda vez me pareció un plan irrealizable. Porque cuando el cuerpo llegue a las añoradas playas de Cuba, el alma, seguramente, querrá estar en otro lado. Una conocida novela de Kundera dice, con razón, que la vida está siempre en otra parte. De ser así no hay mucho que se pueda hacer. Eso no obliga, claro, a suspender el viaje.
L.
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