domingo, 15 de enero de 2012

Sin tetas no hay paraíso



Leo en un diario que miles de mujeres de 50 países sufren secuelas físicas y psicológicas por llevar en su interior prótesis de mama adulteradas. Dolores, quistes, rechazo, infecciones, miedo. Doce mil españolas demandaron por eso a clínicas y autoridades por falta de control. De acuerdo. Pero ese no es el problema principal. La pregunta es por qué esas mujeres eligieron el camino de la belleza artificial. ¿De qué querían salvarse? ¿Qué buscaban? Ahí está la cuestión. Desde mi condición de hombre digo siempre que, a cinco centímetros, varones y mujeres son básicamente iguales. Una mujer puede hacer con su vida y sus tetas lo que quiera. Pero, como insiste el psicoanálisis, tendrá que pagar un precio por ello. Lindas tetas implantadas no garantizan el paraíso. Y hasta pueden llevar al infierno. Buscar, mejor, la belleza interior. Lo perdurable.
L.

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