jueves, 9 de febrero de 2012

El flaco

Lo que voy a escribir está dirigido sólo y solamente a los extranjeros que entran a Suspendelviaje. Son mayoría así que lo merecen. Murió ayer en Buenos Aires un tal Luis Alberto Spinetta. Es, era, un músico de rock. Esto último es una clasificación absurda. Era un músico. Murió de cáncer a los 62 años. No es tanto. Hay gente que vive más. Pero la vida es así y la muerte también. Spinetta, conocido entre nosotros como el flaco, fue un caso raro en el panorama artístico de este país. Sus canciones no son fáciles. Son poéticas sin intención. Aquí se lo conoce especialmente por Muchacha ojos de papel. Pero compuso temas mejores como Cantata de los puentes amarillos. Quien esté interesado puede buscar en Internet y listo. Aclaro algo más a los extranjeros. En este país hubo una dictadura militar entre 1976 y 1983. Treinta mil desaparecidos, torturas, robo de bebés, censura, etcétera. A quienes vivimos y sobrevivimos a ese período oscuro Spinetta nos acompañó con música y poesía. Uno de sus temas, Ludmila, está dedicado a una joven detenida y desaparecida por los uniformados. No sé qué más decir. Anoche, en un homenaje televisivo, se oyó a Spinetta decir que en un tiempo pensó que sus canciones cambiarían a este mundo inmundo. Luego pensó mejor y concluyó que sus temas eran apenas una decoración. Una especie de flor divina dibujada en la piel de los muertos. Comparto esa noción estética. Pero qué triste sería el mundo sin esa flor. Y cuánto más triste, hoy, sin las canciones puras de Luis Alberto Spinetta.
L.

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