En Manaos hace frío. Las larvas de los mosquitos gigantes caen sobre la arena como gotas de plomo. Llueve y sopla viento verde. Es penumbra la tarde amazónica, la tarde en rojo y ámbar del caribe humeante y solo. En sus tiendas de oro las mujeres amamantan con las tetas erizadas. Tibias. Los hombres andan taciturnos, más oscuros a la sombra de los plátanos. Muy pronto caerá la luna y habrá que encender fogatas antes de que los caimanes se la coman.
L.
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