Decía Freud que entre las tres pasiones fundamentales del hombre figura, casi en primer lugar, la pasión por la ignorancia. Se la podría llamar negación pero es más que eso. Hay un trabajo casi militante de muchas personas tendiente a no enterarse de nada, o a creer que ya se sabe todo, o a imponer y adoptar la apatía y el desinterés. Vivir sabiendo, como dijimos desde siempre en este blog, no garantiza la felicidad. Al contrario. Pero la curiosidad genuina abre los ojos y las puertas a todas las posibilidades.
L.
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