viernes, 23 de marzo de 2012

Sobre las olas


Dice la surfista que pasa gran parte del tiempo en una tabla, más allá de la rompiente y esperando, como todos, la ola de su vida. Dice que la espera se hace larga. Las olas que llegan no le sirven. Son bajas, no se ahuecan, no la abrazan, no siempre la llevan a la costa. Puede también ocurrir que la gran ola, la perfecta, la mundial, llegue por fin y la surfista no la vea. O porque está distraída o porque piensa, en el mejor de los casos, que esa ola no le viene bien. La surfista dice que a veces pierde la paciencia y monta en la primera espuma que se alza brillante ante sus ojos. Cuando la sed es grande, me dice, conviene dejar de esperar la ola de la vida, si es que existe, y lanzarse de lleno, con cuerpo y alma, al puro mar de las causas perdidas.
L.

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