miércoles, 21 de marzo de 2012

Mil fotos

Las cámaras digitales, también los celulares de última generación, democratizaron el ejercicio de la fotografía a niveles masivos y asombrosos. Lo que antes era cosa de turistas japoneses ahora es pasión de multitudes. Ya nadie ve nada. Ya nadie ve a nadie. Hasta se fotografían los momentos más íntimos de una pareja en penumbras para luego subirlos a Facebook o a algún rincón perdido de Internet. Las redes sociales usan y abusan de las imágenes como si ellas dijeran algo trascendente. Como si informaran de algo. Pero no. En general no dicen mucho porque están mal sacadas, porque no están bien encuadradas o porque terminan pareciéndose entre ellas. Las chicas sacan la lengua. Los chicos ponen los dedos en V. En algunos perfiles de FB hay hasta mil fotos de una sola persona. Quizás esté llegando el tiempo de apagar la digital volver al ojo desnudo, es decir, a mirar las cosas en sí mismas y sin dejar registro electrónico del suceso. La propuesta quizás resulte anticuada pero sería una especie de retorno al país de la pureza. La gente dejaría de vivir posando para empezar a vivir siendo. Cuando el niño era niño -dice Peter Handke en su guión de Las alas del deseo- no ponía caras cuando lo fotografiaban. Al menos eso sería,ya, un acto revolucionario. Dejar de posar y alzar vuelo. Como los pájaros.
L.

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