Releí esta mañana un divertido texto del peruano Julio Ramón Ribeyro donde habla de algunas mujeres que tienen buen lejos y de otras que, en cambio, tienen buen cerca. Eso significa que las de lejos no son tan lindas vistas de cerca y viceversa. Pero ese no es el punto. Pensaba ahora en esa gente, por lo general odiada o amada, que vista a la distancia es una cosa y, cuando nos acercamos, descubrimos que el gigante era un enano y el enano, tal vez, gigantesco. Sobrevaloramos cosas y personas desde lejos. Pero todo se normaliza gracias a la proximidad. Conclusión. Mejor dejar de lado el miedo y los prejuicios. Mejor acercarse de una maldita vez.
L.
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