Es como viajar en tren. De pronto el mundo corre/vuela hacia atrás. Los árboles, las casas, las calles, los recuerdos. Todo hacia atrás mientras los vagones avanzan con rumbo incierto hacia un punto difuso del espacio. Todo escapa y se disuelve como azúcar en el café. La vida de mi madre es tan desconocida como la de cualquier persona. No hay familia. También el tiempo huye como un ciervo herido. Amores que parecían eternos se alejan/vuelan a gran velocidad. Queda en el camino alguna foto, un pañuelo sin doblar, el perfume apenas insinuado. El sueño de anoche se convirtió primero en escena borrosa y luego en una mancha informe. Es como viajar en tren. Una carrera infernal hacia el olvido. Huye y vuela el mundo desde el coche-comedor. Queda tal vez la palabra, una tapa de gaseosa, un cigarrillo apagado, un mar que no es el mar.
L.
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