domingo, 23 de diciembre de 2012

Para leer en verano


No es cierto que existan muchos libros buenos. Los muy buenos, al menos, son muy pocos. También es verdad que no a todo el mundo le gusta lo mismo. Pero en fin. Voy a compartir algunos títulos de autores que son los de siempre, quiero decir, no constituyen ningún canon académico y tampoco son los que hay que leer para ser cultos. Entre las novelas propongo apenas La vida breve, de Juan Carlos Onetti. Y otra vez Rayuela de Julio Cortázar. Y otra vez Pedro Páramo de Juan Rulfo. Si me presionan añadiría Desgracia de J.M.Coetzee; Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar; Seda, de Alessandro Baricco y La Odisea de Homero. Con eso, creo, sería suficiente. En cuentos El llano en llamas, también de Rulfo. Los cuentos completos de Onetti, Cortázar y Yourcenar. También los completos de Abelardo Castillo y todos y cada uno de los relatos de Raymond Carver distribuidos en varios libritos de Anagrama. Con eso también sería suficiente. Y en poesía alcanzarían los poemas de Jorge Teillier (cualquier libro o antología de ese autor), los de Cesare Pavese (La tierra y la muerte/ Trabajar cansa) y los intensos fragmentos de Safo, la griega que hace dos mil años se arrojó al mar desde un arrecife en la isla de Lesbos. Eso más la poesía completa de Carver empezando por Un sendero nuevo a la cascada. Y listo.
L.

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