lunes, 24 de diciembre de 2012

Silencio

Qué raro. La ciudad sumida en un silencio de muerte. Casi total. ¿Se guardarán los gritos y las bombas y los cohetes para después? No hay siquiera un ladrido de perro en la cuadra de la fiesta. Ni el chasquido de un beso profundo. Nada. Qué raro, sí, qué raro. El mundo al borde del mundo y ni una sola voz en el viento. Una gaviota planea cerca del mar. Es todo lo que se oye a muy pocas horas del nacimiento místico y definitivo. Hay viento y silencio en la ciudad violenta. 
Será cuestión, como siempre, de esperar y ver y oír qué pasa.
L.

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