martes, 25 de diciembre de 2012

Escribir en el espejo


Hoy le dije a una amiga que escribir es como mirarse al espejo. Los dos coincidimos en que no siempre es lindo verse reflejado ya sea en el espejo o en una foto. Hasta escucharse la propia voz grabada suele ser una tortura. La verdad del tiempo y la fealdad aparece tan claramente que asusta. Pero recién pensé, inesperadamente, en esas mujeres que dejan mensajes en el espejo del baño. Suelen hacerlo con un lápiz de labios ya sea para despedirse, entretenerse o matarse. En vez en pintarse la boca de rojo eligen el espejo a modo de soporte o plataforma. Pero si después quieren verse la cara ya no pueden porque hay palabras escritas ahí, es decir, el lenguaje actúa como un velo y permite tomar distancia de uno mismo. Las letras grandes y garabateadas pasan a convertirse en una realidad autónoma. Nos sacan en parte del narcisismo y nos proyectan como productores de un texto. El lenguaje del lápiz labial recorta el yo en expansión. Algo parecido produce el amor en las personas. Recorta. En conclusión. Lengua y amor salvan al mundo.
L.

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