La naturaleza ama ocultarse. Lo dijo el griego Heráclito de Efeso hace más de 2.500 años. Una traducción más amplia del fragmento 123 sostiene que la naturaleza trascendente ama ocultarse. Aquí se agrega un punto más. Lo que habitualmente se nos escapa es la esencia de las cosas. Retenemos apenas la apariencia. Vemos los noticieros, leemos los diarios, buscamos algo por Internet...y nada. Nos quedamos otra vez vacíos. Sin entender la vida. O entendiendo muy poco de lo que nos rodea. ¿Por qué? Porque es condición de la naturaleza mostrar de ella lo más saliente y vacuo de su ser. Es, por ejemplo, lo que ocurre con algunas mujeres en las tapas de ciertas revistas. O con algunos políticos en sus discursos huecos. Lo esencial permanece oculto, y, para conocerlo al menos un poco, hay que indagar, callar, meditar, descubrir mundos como los navegantes del siglo XVI. También nosotros permanecemos ocultos aún cuando estamos, al menos por fuera, completamente desnudos y expuestos.
L.
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