El ser humano razonable se adapta al mundo, advertia Bernard shaw. No digo que adaptarse en parte esté mal o bien. Por momentos resulta inevitable. Pero eso no es todo. El hombre no razonable pretende que el mundo se adapte a él. Eso puede leerse como una cierta manía de grandeza. Pero no deja de ser una opción atendible. Conclusión. El progreso depende de la gente no razonable.
L.
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