domingo, 1 de enero de 2012
Caricias
Las parejas no deberían hablar tanto como lo aconsejan las terapias ecuménicas. El diálogo está sobrevaluado. Se le atribuyen milagros que raramente se producen. Una caricia profunda basta para resolver todos los problemas. Una caricia en silencio y dedicación prolongada. Una caricia ejecutada sin esperar nada que no surja porque sí. Por el sólo hecho de tocar al otro y sentirlo en esa evidente verdad que anida en el cuerpo y no en el discurso. Quien tenga dudas al respecto puede probarlo ahora. El año nuevo debería servir, entre otras cosas, para experimentar cosas también nuevas y, sí, reparadoras.
L.
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