Vivir hacia adentro

Vivir hacia adentro no es narcisismo ni jactancia. No debería serlo. Pero mientras lo que se impone es el exhibicionismo y la palabra devaluada al máximo, en fin, creo que ha llegado la hora. Para mí al menos ha llegado. Adiós redes sociales. Pocos llamados. Lo mínimo para que me dejen estar en el mundo. Mi lugar está en los libros, en la música, en la nada. No necesito a nadie en el sentido habitual del término. A nadie salvo una única persona que me acompañe a estar solo. Y ya la encontré. También unos pocos amigos que tengo y este blog que no pienso abandonar porque por algo se llama como se llama. Plan 2012. Suspender el viaje. Silencio. Vivir hacia adentro.  
L.