martes, 6 de marzo de 2012

Desiertos

Lo bueno del desierto es la sed. No se puede andar por el desierto sin la sed. ¿Por qué? Porque vivir sin sed no es vivir sino vegetar. Lo bueno del desierto es la arena. No se puede andar por el desierto sin la arena. El viento se ocupa de cambiar las formas como si armara y desarmara paisajes a su antojo. Un buen desierto contiene todos los paisajes. Lo bueno del desierto es el oasis. No se puede amar un desierto carente de oasis. Aparece una laguna rodeada de finísimas palmeras. En el agua hay mujeres desnudas que no dejan de reír y salpicarse. El hombre del desierto cree haber llegado a alguna parte y se equivoca. Lo bueno del desierto es la posibilidad que uno tiene de perderse por falta de caminos. No se puede andar por el desierto sin perderse. Porque perderse es la mejor manera de encontrarse. El desierto no existe. Es un espejismo y eso es lo bueno.
L.

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