miércoles, 7 de marzo de 2012

Jovencitas

Hay un poema de Carver, Jovencitas, escrito cuando al escritor le avisaron que se iba a morir en poco tiempo. Digamos unos dos meses. El hombre fumaba, había sido alcohólico, no tenía chance. El poema es perfecto. No recuerdo los detalles pero sí recuerdo que pone en boca del médico una serie de consejos nefastos para un hombre de mediana edad. No tome, no fume y, sobre todo, nada de jovencitas. Esto último especialmente. Puedo entender el desconcierto de Carver. Las jóvenes no duran mucho pero traen alegría y humor a la vida. Todavía no están amargadas, todavía se ríen sin hacer cálculos, todavía están dispuestas a dar sin pedir nada a cambio. No todas, claro, pero al menos algunas. Pasé por mi época de jovencitas y sé de qué hablo. Ahora estoy en otra fase y no sé cómo llamarla. Por si acaso no voy a ponerle nombre. ¿Cómo era el poema? Acá está. Voy a reproducirlo completo. Olvida toda experiencia que implique muecas de dolor / Todo lo que tenga que ver con la música de cámara/ Los museos en las tardes lluviosas de domingo/ Los viejos maestros/ Todo eso/ Olvídate de las jovencitas/ Trata de olvidarlas/ Las jovencitas... y todo eso.
L.

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