sábado, 5 de enero de 2013

Cambia nada cambia


Hace diez mil o veinte mil millones de años una gran explosión tuvo lugar en el medio de la nada. Los científicos la llamaron big bang y dijeron que el acontecimiento marcó el inicio del universo. Posteriormente Stephen Hawking y el investigador Roger Penrose demostraron lo ocurrido matemáticamente y llegaron a la conclusión de que a pesar del tiempo transcurrido esa singularidad, como se la llama en física, no había variado la cantidad de su masa. Lo que se desprende de esto último no podría ser más desolador: nada cambia y el tiempo no existe. Como si lo dicho no alcanzara para arruinar la fiesta Hawking demostró que un agujero negro, es decir, el cadáver de una estrella, era una posibilidad física. En los 70 los escépticos debieron rendirse a la evidencia. El primer agujero negro había sido detectado por un radiotelescopio en la constelación del Cisne.
L.

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