Evasión. La consigna del momento con viento y movimiento. ¿Por qué medios? Ya se ha dicho acá hasta el cansancio. La misma vieja y tediosa enumeración de siempre. Dormir, soñar, viajar, prender la tele, dormir un rato más, aferrarse como el náufrago a una linda balsa, ir al gimnasio y caminar sobre la cinta hasta desmayar, sexo en nuevas versiones, amores imaginarios, el otro cielo y una hora más de sueño. Evasión. ¿Acaso es tan malo hacerlo? ¿Escapar no es una forma un poco más amable de estar en el mundo? ¿No es la huida la rebeldía mayor? Vamos a pensar, sí, aunque no esté de moda, pensar un poco. ¿Escapar de qué? ¿Evadirnos de quiénes exactamente? ¿No es este blog una forma de evasión para quien lo escribe y quien lo lee? ¿Acaso hay alternativa a ese camino de alas? Porque lo contrario sería quedar inmóvil. Convertirnos en piedras o menos que piedras. Gusanos. Amebas. Papeles al viento. Evasión. La consigna del momento. Pero adónde. Con quién. Para qué. Habrá que meditarlo un tiempo suficiente. ¿Hará falta evadirse para quedarse?
L.
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