viernes, 25 de julio de 2014

Problemas de Salinger


Murió en 2010 a los 91 años en New Hampshire, Estados Unidos. Fue autor en 1951 de la novela El cazador oculto (The Catcher in the Rye) y de un excepcional libro de relatos titulado Nueve Cuentos (Nine Stories). Salinger eligió el silencio para expresarse. Se autoexilió junto a una mujer treinta años menor en una fortaleza inexpugnable. No concedió entrevistas. No se dejó fotografiar. Se dedicó a batallar contra los que se atrevieran a quebrar su invisibilidad. Padecía de fiebre bananera como todos los personajes de sus historias. Alguna vez definió ese mal o problema como una cierta incapacidad de amar. Pero ni eso le impidió vivir a su modo. No tomaba café en el Malba. No escribía para suplementos literarios. No le importaba nada que no fuera su escritura mística e inigualable. Salinger puso el acento en el abandono del ego, el desapego espiritual y la creación pura. Cuando aún daba entrevistas salía del paso con unos pocos lemas básicos: sólo te inmiscuirás en asuntos del arte si piensas dedicarte a él monásticamente/ usarás siempre la palabra más sencilla/ irás adelante sin que se note/ te moverás lo más silenciosamente posible. Su cuento más célebre se titula Un día perfecto para el pez banana. Hoy es un día perfecto para Salinger. Continuará vivo para todos los que seguimos admirando su obra con unción. Mi cuento preferido de él no ese ese sino otro, maravilloso, titulado El hombre que ríe. ¿Pero eso a quién le importa?
L.

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