Las fantasías sexuales no son sexuales. Aluden a algo indefinible y lejano. Es un deseo de totalidad. Lo nuevo. Lo inusual. Leo una nota sobre el tema. Una escritora investigó los gustos eróticos de gente famosa. Tostoi soñaba con que su mujer leyera sus diarios íntimos (los del autor ruso). Marilyn Monroe quería "hacerlo" -así dice la revista- sobre la mesa de una cocina con Sinatra. Modigliani quería poseer a sus modelos. Anais Nin deseaba acostarse con su psicoanalista. Cleopatra soñaba con practicar felaciones a miles de hombres, entre ellos cien romanos. Todo en una sola noche. Scarlett Johansson desea copular en la parte de atrás de un auto y fotografiarse el culo con un celular. Lo mejor que leí es la descripción del coito que hace Stendhal. Al día siguiente se tratan de tú, dice. Las fantasías sexuales, en resumen, no son sexuales.
L.
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