sábado, 28 de abril de 2012

Perder el tiempo

Me dicen que no pierda tiempo en el blog. Que debo concentrarme en una obra importante. El blog, dicen, es un juego tonto, una dilapidación de esfuerzos. La idea de darle un sentido práctico a la existencia está generalizada. La gente que me rodea está tan ocupada que no tiene tiempo para escribir, tampoco para leer por placer, de coger ni hablar, y mucho menos de salir a caminar. Se salvan los viajes. Eso sí. Viajar, me dicen, sirve para conocer culturas diferentes, divertirse, alojarse en lindos hoteles y rodearse de paisajes increíbles. Viajar es o sería algo tan útil como trabajar, producir, ocuparse de la familia o comprar un auto. La utilidad, una vez más, pasa a ser considerada como una esencia de sentido. No hacer nada, en cambio, hojear un libro o ponerse a jugar con los niños, en cambio, sería una gran estupidez. Se ha impuesto la idea de no perder el tiempo casi como una nueva religión. No pienso así. Considero que perder el tiempo es la única forma de recuperarlo.
L.

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