L.
miércoles, 25 de abril de 2012
No todo es tan claro
Cuesta mucho, al parecer, aceptar que la vida es compleja. O aceptar que cada persona es un mundo. O aceptar que no entendemos nada del mundo. Mucho más simple es manejarse con un par de ideas socialmente aceptadas y darle para adelante. El otro camino lleva al desconcierto, nos llena de inseguridad, nos deja a la intemperie. Pero la intemperie no es tan mala. Hay árboles, viento, playas, cuerpos, amores fugaces o eternos, de todo. Pero dado que la vida es compleja no queda otra que aceptar todas esas cosas sabiendo que son raras y, para peor, efímeras como la vida misma.
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