miércoles, 18 de abril de 2012

¿Te perderías esa cola?

¿Te perderías esa cola? Es el eslogan principal de uno de esos tristes papelitos que se pegan en caños y paradas del centro de Buenos Aires. Debe ocurrir algo parecido en otros países. Lo que se ve en el aviso mencionado es un culo enorme de mujer. Un culo sin rostro ni alma. La mujer, en fin, reducida a dos masas musculares y redondas más un hueco invisible pero probable. Unos metros más allá se ven convocatorias similares. Las chicas, o los culos, suelen llamarse Gisel, Carla, Romi. Son, obviamente, noms de guerre y no los verdaderos. Pienso en esas jóvenes pero pienso, sobre todo, en los hombres que acuden al llamado. ¿Qué buscan realmente? ¿Tan poca imaginación tienen para no perderse esa cola mal fotografiada? Todo es muy extraño. El mundo, la vida, el sexo, el amor, los tristes papelitos que invaden el centro sin luz de Buenos Aires.
L. 

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