jueves, 26 de abril de 2012

Sin rodeos



Llamar a las cosas por su nombre, es decir, hablar sin rodeos, es algo generalmente mal visto y estigmatizado. El arte de escribir sin arte suele ser considerado sucio o inmoral. Decir lo que debe decirse, sin embargo, no sólo es bello sino también curativo. Esto vale tanto para temas sexuales como políticos, científicos o académicos. El maquillaje en cualquiera de sus formas resulta finalmente ineficaz y tedioso. Eso, claro, siempre que tengamos en cuenta que nada de lo que se dice viene envasado al vacío. Siempre hay algo afectado, retórico, incluso fingido, aún en la frase más explícita y brutal.
L.

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