martes, 2 de octubre de 2012

Cuando entonces

Cuando todo parece caer alrededor. O cuando el desequilibrio tiende a reinar por sobre el equilibrio. Entonces. Cuando la locura adquiere la categoría de mecánica social supongo que es o sería bueno mantener distancia, quiero decir, no perder el eje, quiero decir, no enloquecer. Digo. Convertirnos en algo parecido a un puente. O a una mano abierta. Agua tranquila que fluye sin rumbo preciso. Lo peor, en semejante contexto, sería adherir por inercia o por lo que sea al derrumbe general. Y algo más. Tomar distancia no debe leerse como falta de compromiso. Al contrario. Sería casi, es, un acto de fe.
L.

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