jueves, 18 de octubre de 2012

Pensamiento único

Es difícil confrontar con una sola y única forma de mirar la vida. En la Argentina y el mundo esa manera excluyente se va convirtiendo en una especie de credo, un mandato, casi una profesión de fe. El pensamiento único abarca todas o casi todas las situaciones cotidianas, las formas de vestirse, los caminos del pensar, eso de hablar como habla todo el mundo (Facebook), la tendencia a repetir como loros las tapas de los diarios dominantes, las televisiones dominantes, las divertidas y absurdas publicidades de cerveza y cocacola, etcétera. Por la vía racional conviene abandonar la batalla dado que está condenada al fracaso. Nada puede hacerse en esa línea porque todas las religiones han triunfado al mismo tiempo. Quizás haya quedado en la literatura y el arte, acaso también en el psicoanálisis y el anarquismo, la tarea de pensar de otra manera, vivir de otra manera, gobernar de otra manera, amar, incluso, de una forma distinta y vital. Si el esfuerzo no resulta no importa. Al menos quedaremos con la satisfacción de haber hecho lo posible para salvar al mundo, al menos en parte, de su creciente unicidad.  
L.

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