L.
martes, 30 de octubre de 2012
Eros y cuerpo
No hay relación sexual. Cuando los analistas lacanianos formulan ese axioma del maestro no significa que ignoren el encuentro amoroso y efectivo entre el hombre y la mujer (o entre personas del mismo sexo). El famoso lema de Lacan enuncia esa no relación para contraponerse a la generalizada idea según la cual en cierto momento culminante del coito los dos cuerpos se fusionan de tal manera que pasan a ser una especie de llama única y ardiente. Lacan simplemente se rebela contra esa idea. Lo de la fusión total y completa, además, viene del mito de Aristófanes y figura en El banquete de Platón. ¿Cómo goza la pareja entonces? Imposible saberlo. Sí se sabe que una mujer disfruta de una manera diferente a la del hombre. Los dos cuerpos no pueden hacer uno ya que hay una divergencia notoria en el acto sexual. En la cópula lo que está en juego es la relación de un cuerpo con una parte del cuerpo del otro. Lo dice más claramente Sade en Juliette. Prestadme señora la parte de vuestro cuerpo que pueda satisfacerme un instante y gozad, si os place, de la parte del mío que pueda seros agradable. La traducción es aparatosa y antigua pero la idea, creo, se entiende igual.
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