En plena guerra los caballos no se espantan ni ante los más aterradores estampidos. Por lo general se dedican a comer pasto si hay pasto, a tomar agua si hay agua, a desplazarse en calma por el campo de batalla como si nada pasara. En plena guerra copulan los caballos y recuerdan, mientras ejecutan el acto amoroso, antiguas cabalgatas que se desarrollaban en el silencio verde de los campos. ¿Será posible dejar de sufrir? ¿Pueden los caballos en plena guerra configurar un modelo, una actitud ejemplar, una técnica específica de vida y sobrevida? También se sabe que los niños palestinos juegan al fútbol mientras los modernos ejércitos disparan contra ellos desde la tierra, el aire y el mar. Los niños palestinos. Los caballos. Comer pasto. Jugar al fútbol. Copular. Dejar de sufrir.
L.
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