lunes, 29 de octubre de 2012
El problema del otro
Todo descubrimiento que hacemos de un otro suele ser problemático. ¿Podemos realmente conocer a alguien? ¿Y hasta dónde? ¿Y cómo? Uno puede visualizar a los otros en uno mismo. Uno puede darse cuenta de que no conformamos una sustancia homogénea. Uno puede extrañar a uno mismo en los otros y, por eso, rechazar lo que vemos en ellos como extraño, raro, molesto. También podemos ver al otro como un equipo al que no pertenecemos o porque no nos incluye o porque no le damos lugar entre nosotros. Las mujeres son otras para los hombres, los ricos para los pobres, los locos para los "normales", los que están lejos respecto a los que están cerca, los negros para los blancos y todo así. A veces, después de tantas vueltas, llegamos a la conclusión de que el conocimiento de uno mismo pasa por el conocimiento a fondo de los otros. Pero semejante revelación se produce, qué pena, cuando ya es demasiado tarde para todo.
L.
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