martes, 23 de octubre de 2012

Pregunta por el sentido

Toda persona sana ha pensado alguna vez en el suicidio. La frase pertenece al filósofo y escritor Albert Camus y no parece desencaminada. Por el contrario, los negadores vocacionales no piensan jamás en la muerte, no se preguntan nada, son, como supone la opinión pública y el sentido común, gente feliz. Pero la pregunta por el sentido, aún sin respuesta, es virtuosa y estimulante. ¿Por qué estamos acá? ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué amamos y dejamos de amar? ¿Por qué leemos y pensamos? ¿Por qué a veces nos ponemos tristes o alegres sin razón? ¿Para qué vivimos? ¿Por qué decimos que algo es hermoso? No es malo dudar. No son malas las preguntas. No lo son aunque no sirvan para nada. La pregunta por el sentido ya contiene una respuesta posible que consiste en vivir, con la mayor intensidad, hasta averiguarlo o, al menos, acercarnos a una verdad modesta y obviamente parcial.
L.

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