jueves, 10 de julio de 2014

Siete mil entradas

Este espacio nihilista y estilista ha completado en estos días siete mil entradas que en realidad son salidas a ninguna parte. Ideas repentinas, masticadas, acariciadas, soltadas como todo aquello que se deja ir entre piernas y lunas y montañas, palabras inútiles como todo, alegrías inesperadas, angustias, confusiones propias y ajenas, ese deseo de hacer algo para que mejoren las cosas y sentir que es en vano porque la dirección adoptada por el mundo consiste justamente en empeorar las cosas y, como quien pone crema y adornitos en la torta, simular una felicidad en la que nadie cree aunque se levanten manitos y hojitas en las redes, aunque se pretenda confundir un blog con literatura, aunque se sueñe con serpientes emplumadas, no, ninguna de esas cosas, pero bueno, siete mil entradas que incluyen textos, músicas, imágenes, comentarios de seguidores fieles (Graciela desde cerca, Pep desde España, Laura, Peregrino, Florisse, Betina y unos cuantos que no dan la cara pero sí la palabra que ya es algo, y, con algo que ya es algo, seguimos tratando de llegar lejos al costo de suspender el viaje.
L.

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