miércoles, 2 de julio de 2014

Vivir y soñar

Tu amor por las cosas soñadas representaba el desprecio por las cosas vividas. Creo que lo dice Pessoa en alguna parte de su obra. Las cosas soñadas, es verdad, nos movilizan más, a veces, que las cosas realmente vividas. Solemos ver en lo cotidiano algo medio pobre, como sin gracia, muy conocido. Vemos en las cosas soñadas algo imposible que jamás se alcanza y tal vez por eso resulta más estimulante. En cambio lo común, lo de todos los días, no parece tener la alta categoría de los sueños. Y ahí estamos ante una dicotomía de hierro. ¿Podemos alimentarnos solo y solamente de lo imaginado o soñado? ¿Las cosas vividas merecen el rechazo? ¿O la ecuación se invierte por completo y el tema debe plantearse de otro modo? Voy a probar. Tu amor por las cosas vividas representa el desprecio por las cosas soñadas. O quizás las dos. O quién sabe.
L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario