jueves, 12 de abril de 2012

El sentido de la vista

No sé cómo serán las cosas en otras ciudades. Pero en Buenos Aires pasa algo rarísimo que paso a detallar. Hombres y mujeres ya no se miran entre sí. Tampoco hacia adelante o los costados. Miran todos (todos) hacia abajo. Imaginen los extranjeros y entenderán mi desconcierto. Todo el mundo mira fíjamente algo que se ubica en la mano. No sé qué es. Pero parece un rectángulo que brilla o algo así. Por momentos pensé, en el caso de las mujeres, que podía tratarse de un vibrador manual. Pero la verdad no entiendo. La mirada está fija en un objeto metálico que todos llevan en la palma de la mano. Una parte de los peatones muere atropellada por no prestar atención al sentido general del tráfico. Es inútil que las mujeres salgan a la calle con los escotes generosos y profundos. Los hombres ya no se interesan por esa doble ofrenda que regalan. Tampoco las mujeres disfrutan de los cuerpos de los hombres. Las madres no miran a sus niños. Ningún árbol es registrado jamás. Ni el cielo. No sé cómo serán las cosas en otras ciudades. Este blog es leído por gente de otros países. Me temo que lo mismo pueda estar pasando en todo el mundo. La humanidad entera mira hacia abajo. No es buen presagio.
L.

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