Todo conspira contra el amor. Los noticieros, los recuerdos, las promesas incumplidas, la dispersión constante, el autoencierro, los taladros, la familia, la gripe, los políticos, la sociedad, la canilla que gotea, los diálogos convertidos en doble monólogo, el sexo aproximado, la televisión, los celulares, la basura, la ciudad, la vida incompleta. Pero lo que más conspira contra el amor es el amor.
L.
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