viernes, 10 de agosto de 2012

Dar clases


Lo difícil que es dar una clase de escritura, periodismo o lo que sea y donde sea. El aula se convierte en una burbuja de silencio en el desierto de los ruidos. El maestro se resiste a enseñar lo que de ninguna manera puede ser enseñado. Lo ha dicho. Cada cual se educa y se salva a sí mismo. Hay algo del orden de la transmisión y hay, también, un compartir experiencias con un grupo de gente que llegará seguramente más lejos que el supuesto guía. Enseñar no es llenar cabezas vacías sino mostrar distintas opciones de existencia. Los alumnos pueden elegir no escuchar, tomar palabras al azar, pensar en lo que se escucha y hasta no pensar. ¿El aula es una jaula? Sí. Hay barrotes de donde tomarse. Pero está la puerta siempre abierta para salir volando incluso antes de que suene el timbre.
L.

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