sábado, 4 de agosto de 2012

El caballero de la noche



La nueva versión cinematográfica de Batman, dirigida por Cristopher Nolan, es un espejo perfecto de la sesgada visión del mundo que Estados Unidos pretende imponer a sangre y fuego aquí, allá y en todas partes. En la película se muestra a un "enemigo" que muy probablemente sea árabe, exótico, oscuro, negro y terrorista que es combatido por "los amigos" policías, gobernantes, blanquitos, sanos, asesinos, torturadores y para nada tóxicos. Es tan evidente esa división binaria y falsa del planeta multipolar que llega a ser patética y arruina, incluso, las probables bondades estrictamente fílmicas de la propuesta de Nolan. No sería difícil ver a este Batman imperial organizando bombardeos humanitarios sobre Irak, Siria, Libia o Irán. No sería difícil, tampoco, verlo en la Argentina matando subversivos en los setenta. Se trata, en fin, de una película sucia, indigna incluso de lo mejor de la propia historia de Estados Unidos que empezó como una revolución anticolonial e igualitaria. No hay inocencia en este caballero que asciende en la noche como un rayo criminal.
L.

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