La playa siempre es la misma. Los mismos nombres dibujados en la arena. Hay silencio de viento en los médanos y un mundo aparte en los muelles que la niebla dibuja y desdibuja. En el horizonte los barcos gigantes esperan turno para entrar al puerto. Se dice que todo cambia pero la playa es la misma. Los nombres dibujados en la arena siguen ahí después de la marea. Cuando llega la noche los barcos gigantes se iluminan con luces de anticipada Navidad. Los pescadores regresan a sus casas de red y los nombres de siempre continúan dibujados, como siempre, en la playa que siempre es la misma.
L.
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