Es fácil amar a la humanidad en general. Muy fácil ser bueno y solidarizarse con los marginados en general. Mandar un beso o un mail colectivo con buenos deseos para todos. Armar cadenas informativas para que nadie ignore lo que pasa. Hacer denuncias en general. Acusaciones en general. Confesiones prohibidas en general y difusión de cultura en general. Incluso dedicarse a la política en general es muy pero muy sencillo. Lo difícil, lo no común, lo raro, es ocuparse verdaderamente de una única persona, es decir, actuar en particular. Y entregarse a ella hasta el fin. Ahí está el problema.
L.
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