Para qué. La peor pregunta de todas. Para qué. La pregunta por el sentido. Para qué. La pregunta sin respuesta. ¿Para qué amamos, para qué estudiamos, para qué escribimos, para qué tenemos hijos, para qué digo estas cosas, yo, ahora, en este blog? Para qué. Esa pregunta no conduce a nada. La vida como tal no tiene sentido. Y si lo tiene cada cual lo descubre a su manera. Eso es así aún eligiendo caminos errados o inseguros. No importa. Cualquier sentido es mejor que ninguno. Y de ese entramado nacerá lo común, lo de todos los días, también lo extraordinario, lo divino y maravilloso. Para qué. Abandonar ya mismo esa pregunta inútil. Pasar a la acción.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario