sábado, 2 de abril de 2011
Lo que importa
Nadie busca lecciones morales, historias edificantes, sábanas limpias, imágenes impolutas. Al contrario. Lo que importa es lo más sucio, la vida expuesta en su olor más pestilente, la muerte que se oculta, lo desnudo, lo obsceno, lo impenetrable y húmedo. Algunos padres no lo saben y le cuentan a sus hijos una versión falsa de, por ejemplo, Caperucita. Le mienten a los niños que el lobo no se comió a la abuelita. Les dicen en cambio que el animal apenas la escondió en un ropero. No se dan cuenta al hacerlo que de ese modo ocultan justamente lo que más seduce a los chicos. Por eso gustó tanto El rey león. Porque muere Mufasa en la primera escena. Por eso los adultos cuentan chistes vulgares en la oficina. Y por eso, también, cautivan tanto las ventanas iluminadas en la noche. Lo que importa no es la cruz sino el crucificado. Lo que importa no es el bien sino el mal en todas sus variantes. Atrae más lo impuro de la vida que la falsa edulcorada ingenuidad de Caperucita. Lo que realmente importa es la maldad del lobo erótico y feroz.
L.
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