miércoles, 6 de abril de 2011
Uno menos
Si alguien molesta debemos eliminarlo o quitarlo del camino. Desde Hitler a Videla pasando por Macri, Stalin, Malthus y otros amigos, la idea está generalizada entre la gente de bien. ¿Quién no pensó alguna vez en sacarse de encima a alguien? Un pesado, una pesada, la maldita gente tóxica que no nos deja vivir. Se supone que a partir de ese acto liberador el infierno individual se convertirá en un paraíso. Todo va mejor con cocacola y sin apestados. A la larga, sin embargo, el sistema fracasa. Lo demuestra Kafka, indirectamente, en un breve relato llamado Comunidad. Cinco amigos quieren tomar distancia de un sexto que no pertenece al grupo. Lo logran. Pero el sexto, qué pena, siempre está ahí.
L.
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