En todo el mundo mundial, en países y grandes ciudades, en pequeños pueblos no incluidos en los mapas, en sombrías o no tan sombrías habitaciones por hora, en montañas y campos, en este preciso y raro instante, hay hombres y mujeres copulando con dedicación y alegría. Lo hacen obstinadamente como cumpliendo un viejo ritual. Hacen una crítica de la razón pura. Y lo hacen muy bien.
L.
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