No podemos exigirle a una persona más que una sola virtud. Es inútil esperar, por ejemplo, que una mujer además de linda sea inteligente...aunque a veces la conjunción se da y con efectos devastadores. No puede una persona ser simpática y además generosa, culta, erótica, limpia, buena bailarina y revolucionaria. Tomemos de ella lo que nos da y será más que suficiente. Y que el descubrimiento sirva, además, de perfecto puente para el enriquecimiento mutuo, el amor, el odio, la pasión o lo que sea.
L.
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