sábado, 11 de enero de 2014
Por la vuelta I
No pude sostener mi decisión de abandonar este espacio. ¿Por qué? Imposible saberlo. Debe ser una mezcla de falta de carácter, poca seriedad, abandono de las ideas que hasta hoy me sostenían. Podría decir que 2014 no es igual a 2013. O destacar la importancia de volver a empezar sobre nuevas bases. Pero para qué engañar o engañarme. Acá importa una sola cosa y es que no pude mantener una decisión que parecía firme y bien fundamentada. Vamos a ver. Vamos a pensar. Había resuelto poner fin al blog luego de afrontar una serie de situaciones tan increíbles como absurdas. No voy a ocuparme de eso ahora. Vendrán nuevos rostros. Vendrán nuevos días. También lo advierte el apóstol Pablo en una carta a los corintios que suele ser leída en los casamientos. Antes veíamos como en un espejo. Confusamente. Mañana veremos cara a cara. Será cuestión de esperar, o, como dice Pavese, apretar los dientes y callar. Vamos a ver. Vamos a pensar. Este blog ha intentado siempre acercarse a la verdad. No a toda la verdad porque tal cosa no existe. Hablo de certidumbres parciales y accesibles. Pero seamos honestos. En días como éstos las verdades grandes o pequeñas no convencen a nadie. Este posteo se está haciendo demasiado largo y aburrido. Además no se entiende. Vamos entonces a dejarlo en suspenso. Hay algo cierto sin embargo. Vendrán nuevos rostros. Vendrán nuevos días. Veré salir el sol cuando sale el sol. Veré caer la lluvia cuando llueve.
L.
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