Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese último chispazo de la hoguera del verano
flotando en el silencio del bosque.
Miremos la luz de la luciérnaga:
A ella se ha reducido el mundo.
Domingo a domingo se sucedieron
rostros besados
junto a ramos de nomeolvides,
sueños secretos que se espían
entre un confuso murmullo de grillos y relojes.
Ahora no sabemos qué hacer.
El rocío de la mañana
se evapora en las manos.
No sabemos qué hacer entre los muros desolados.
Miremos la luz de la luciérnaga.
Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese débil chispazo de la hoguera del verano
más débil que la memoria de una ola.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.
Jorge Teillier/ Poeta chileno/ El cielo cae con las hojas
Más débil que la memoria de una ola...Eso es poesía de alto nivel. Gracias por Teillier.
ResponderEliminarAlicia, de Virreyes