El mal poeta demuestra que la poesía existe. Por algo la busca tanto. Porque sabe que está. El buen poeta no prueba nada. El malo sí, aunque escriba el verso más infame de la literatura. Casi todo a su alrededor es feo, sucio, vulgar. ¿Cómo sobrevivir a un mundo así? El mal poeta no renuncia a encontrar el diamante en la basura. Se cansa. Está siempre a punto de bajar los brazos. Pero una voz secreta le repite: aunque no sirva para nada, algo hay que hacer.
L.
Qué bueno! que alivio esto que decis, pensarse como un mal poeta, en la eterna búsqueda de las palabras que pongan fin al cotidiano aburrimiento
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estas hablando de arjona, cierto?
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