Escribir es para mí un acto amoroso que me produce placer. Escribo para mi vicio. Para mi dulce condenación. No me importa que se publique o no lo que estoy escribiendo. Eso no depende de mí. Tampoco tendría interés en escribir si supiera de antemano lo que va a pasar en mis obras. Lo único que importa es hacer una cosa detrás de la otra, sin interés, sin sentido, como si algún otro me pagara para hacerlas y yo me limitara a cumplir despreocupado del resultado final. Una cosa y otra cosa, ajenas, sin que importe que salgan bien o mal o qué diablos quieren decir. Escribir es muhco mejor que tocar madera o hacerse bendecir. Cuando la desgracia sabe y se siente inútil empieza a secarse, se desprende y por fin cae.
Respuesta brindada por el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (1909-1994) a una encuesta del diario francés Libération. La consulta, realizada en 1985, fue reproducida años después por la desaparecida revista Babel.
Real, aunque mas alla de que uno debe liberarse de toda preocupacion por como el lector, si es que lo hay, reaccione ante el trabajo escrito; creo que el deseo por ser leido y entendido por los demas, es algo que uno no puede controlar.
ResponderEliminarMe mata el "qué diran" si escribo lo que siento, la libertad del desamor, cada palabra es una gota de sangre que se me sale del cuerpo, una pequeña luz en las noches de silencio y entonces escribo mal y sin parar hasta que se hace de día y por fin puedo dormir sin miedo, sabiendo que saqué a pasear a los fantasmas de mi mente que enmudecen con la claridad.
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